Cuando nombramos la palabra cementerio, se nos pone la piel de gallina y pensamos en oscuridad, tristeza, desolación. Pero, amiga, eso no ocurre en nuestro país con el cementerio más bacán; estamos hablando del de Recoleta.
Ubiquémonos enfrente del mismo y veremos que allí todo es joda: bares por aquí, discotecas por allá, risas, jolgorios, trampas, y todas las barbaridades que usted pueda imaginarse. Es así, nuestro cementerio mas preciado se encuentra rodeado de diversión. Pobres aquellos que debieron enterrar a sus seres queridos en este lugar.
Es el caso de Juanita que mientras llora arrodillada en el ataúd de su difunto esposo debe escuchar que un mocoso cercano al lugar grita a su conquista "¡mátame y haceme feliz!!!!". Así es la cuestión, mientras unos gritan viva la vida, los otros sufren por la partida. Mientras unos toman Fernet con cola, los otros arrojan al cajón sus amapolas, mientras unos levantan el cajón de cerveza, los otros llevan el cajón de Teresa.
La sociedad ya se ha acostumbrado a estos antagonismos ya que conviven juntos desde hace mucho años. Para complementarse y dejar de lado los entredichos, deberían instalar un bar arriba de un nicho.
1 comentario:
Totalmente, Fabi. No sería Argentina sino. La biblia y el calefón!
Mk
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