Si usted es una de esas mujeres que se duermen en todos lados, que bostezan durante el día y sus ojeras han adquirido un tamaño similar a abolladura de auto después del granizo: no se amargue, bienvenida al club de los maridos roncadores.
Así es la cuestión, pobres aquellas que deben soportar este martirio. Los peores son aquellos que roncan con sonidos similares a los de una jauría de perros rabiosos a punto de atacar a su victima, empiezan con un pequeño zumbido y terminan con un alarido similar al león de La Metro Goldwyn Mayer. Seguramente las que viven este caso han probado todo tipo de estrategias tales como despertarlo cada dos minutos con un clavado de codos en sus costillas escuchando siempre la misma respuesta: “estás loca, yo no ronco”, taparle la nariz mientras duerme, colocarse el paquete de algodón entero en sus orejas y hasta intentando ahogarlo con una almohada.
Existe una manera de evitar el divorcio o peor así un asesinato caratulado como “emoción violenta”. Intente que su marido se duerma después que usted, invente algún pasatiempo que él disfrute de noche, usted sabrá cuales son sus debilidades. Dichosas aquellas que tiene al lado un hombre que le gusto el armado de rompecabezas, ya que regalándole un Puzzle de 10.000 piezas por varios días el asunto estará terminado.
Pero en la mayoría de los casos lo que ellos quieren después de comer y de una jornada laboriosa es tirarse panza arriba. ¿Qué hacer frente a este fenómeno? Lamentablemente no tengo una respuesta satisfactoria, solo le aconsejo que en esas noches de angustia que usted sufre cuando él ronca en sus oídos, piense en los maravillosos momentos que viven juntos, en el amor que se tienen. Al fin y al cabo ese debe ser el unico defecto que tiene su marido, ¿o no?
Piedad y paciencia deben ser las virtudes que nos acompañen siempre en esta agonía.
1 comentario:
Y las mujeres? Solo sé de las barbies que no roncan. Después... mucha crema, mucho perfume, pero muchas parecen la línea C Retiro-Catedral!
Mk
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